sábado, 9 de octubre de 2010

Día 16: 52 horas sin fumar

Hoy debería ser mi día 16 sin fumar. Pero me compré un cartón en el dutty free, para las emergencias. Las emergencias se fueron sucediendo día tras día, durante 6 paquetes de tabaco y un cigarro suelto y hasta la vuelta de Camden, el jueves, no se han venido a detener.

Lo cierto es que llevo 52 horas sin fumar porque he cogido un catarrazo y nuestra casa es espacio sin humos. Esto supone, que cada vez que quería fumar un cigarro, debía cambiarme las zapatillas de andar por casa por los zapatos (¿a quién se le ocurre poner moqueta blanca?!), coger la chaqueta y el paraguas (excepto el día sin lluvia) y fumarme el cigarro con la mano libre, en la alfombrilla welcome de la calle. Así que finalmente la pereza, el frío, el dolor de cabeza y la tos han podido con mis ansias de nicotina y he decidido no fumar. Esto es una decisión que debo renovar cada día. Ayer dije que no fumaba y hoy tampoco y aunque parezca un esfuerzo estúpido, lo cierto es que hasta en mis peores bronquitis, he tenido un paquete de tabaco debajo de la almohada, para las emergencias.

Mi hermana me ha recomendado un libro que dice que SOY una antena parabólica que emite pensamientos al universo que te vuelven convertidos en objetos. El libro es una castaña pero llevo dos días visualizándome haciendo el ángel sobre un montón de billetes de 20 pounds y con los pulmones limpios y rebosantes de salud. La parte del dinero es accesoria, pero vaya a ser que la cosa funcione y me arrepienta de no haber introducido el matiz...

Ya no pienso en fumar todo el tiempo. Sólo a ratitos, pero esos ratitos son malos y como nachos con guacamole o strepsils de miel y limón. No sé con qué ánimo me levantaré mañana y si podré volver a decir hoy no fumo, pero todo sea intentarlo porque aquí fumar es un peñazo. No puedes fumar en pubs, ni en clubs, ni en sitios cerrados. No puedes fumar en la mayoría de las casas. Y en la calle hay que ir fumando de papelera a papelera, porque si te ven echar el cigarro (o el chicle) al suelo te meten un multazo. Pero eso no quita que me siga apeteciendo. En fin... A ver si al tercer día me baja un poco el mono. Salud!

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