domingo, 14 de noviembre de 2010

Día 52: Soy un truhán, soy un señor, algo bohemio y soñador

Hoy ha sido un día bastante largo, pero fantástico... hasta que he llegado a casa y he visto en el ordenador que, aunque dejé a Fernando Alonso como campeón del mundo en el pub, el mundial se lo ha llevado Vettel. ¡Joder! Que si no era para Alonso, quién más se lo había merecido era Webber.

Por otro lado me encuentro con las estúpidas novedades ortográficas de la RAE. Y no puedo más que copiar y pegar el siguiente comentario en la noticia, pues define exactamente lo que pienso:
Personalmente me parecen unos cambios absurdos y completamente innecesarios. La lengua evoluciona, sí, pero no a base de decretazos. No he oído yo quejas porque el adverbio "sólo" llevara tilde, y esa tilde era muy lógica, como la de los pronombres "éste, ése, aquél". Si la quitamos porque la gente ahora es medio analfabeta y no distingue adverbios de adjetivos ni pronombres de artículos, no estamos haciéndole ningún favor al español. Lo que deberíamos hacer es mejorar la enseñanza de nuestra lengua, que es una de las más ricas y hermosas del mundo, para que luego nadie dudara si "está solo" o "sólo está".

Y por último veo que las cosas en el Sáhara no parece que vayan a mejor, y nuestro Gobierno sigue siendo una vergüenza para todos los españoles. Mi solidaridad con el pueblo saharaui.
Pero bueno, vamos al tema, que hoy hemos ido con Sara y Erika a Brick Lane, y... ¡coño! Brick Lane mola. La verdad es que la lluvia ha sido un poco molesta al principio, y al ir hoy domingo día grande de allí, estaba a rebosar. Pero montones de puestecitos de ropa súper chulos, diseños más originales y tendenciosos que en Camden, aunque también desorbitadamente caro en comparación. Los puestecitos de comida también me han parecido mucho más auténticos y variados que en Camden. Hemos estado puesteando y picoteando de aquí para allá, y muy bien.



Luego subiendo Brick Lane hemos curioseado tiendas de segunda mano carísimas y una galería de arte, hasta acabar refugiándonos en un bar muy cuco a tomar el té, del que nos fuimos para acabar en un bar más malasañero cerveceando (al menos Sara y yo). Las horas pasaban lentamente y es que como a las 5 ya es de noche y tienes la sensación de que es muy tarde, luego no dejas de sorprenderte de que no lo es tanto. Allí nos hemos quedado hasta la hora de cenar, que camino de los restaurantes bangladeshíes hemos parado a echar un ojo en la parte exterior del mercadillo, por donde habíamos pasado rapidito por la mañana por culpa de la lluvia. Y esa placita con su arte urbano, bares raros y ambiente bohemio me ha recordado mogollón a Tacheles, y Erika ha compartido esa sensación. Allí un viejo autobús-restaurante de dos plantas nos ha llamado la atención y en él hemos disfrutado de una rica cena vegana. Luego despedida y rumbo a casa.


Nos ha molado mucho Brick Lane, así que vamos a pasar más por allí para indagar, que se nos han quedado sitios en el tintero y muchas lomos por hacer por culpa del tiempo.

2 comentarios:

  1. Me aburro! Poned algo nuevo ya, por favor!

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  2. No te impacientes, hermana... que hoy ya tenemos novedades. Voy a cobrar el paro!

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